35° Unión de Asambleas de Comunidades (UAC)
03 de marzo de 2023
En el marco de nuestro 35 encuentro, nos encontramos asambleando en territorio mendocino, para reflexionar sobre el presente y el futuro socioambiental y político-cultural de nuestras comunidades. Por ello, queremos manifestar nuestra inmensa preocupación por el desarrollo de diferentes proyectos extractivistas (nuevos proyectos megamineros, de fracking, de extracción de petróleo en el mar o que incluyen mayor utilización de agrotóxicos y un avance cada vez mayor de la frontera agropecuaria con la expansión de los agronegocios) que, en los discursos de los de arriba, han surgido como “única solución” al pago de la deuda y de la crisis económica en general. Pero las medidas que nos proponen como solución, no sólo no solucionan, sino que traen graves problemas al presente y al futuro de los pueblos.
Denunciamos que el avance extractivista es aceptado y promovido tanto por los gobiernos nacional y provinciales como, en general, por los partidos políticos hegemónicos. Estas políticas colaboran con la ya avanzada crisis climática, poniendo en peligro la salud y el bienestar de las generaciones presentes y futuras.
La aceleración e intensificación de los extractivismos es consecuencia de un modo de producción y consumo que convierte a los bienes comunes en recursos (es decir, en puras mercancías) para la rentabilidad de unos pocos. En los últimos tiempos, las actividades extractivas en países como Argentina se han incrementado junto con un discurso en el que constantemente se impone, como solución a la crisis, que el país exporte y atraiga inversiones, sin importar que ello signifique la destrucción de los territorios en los que vivimos. Sus resultados no sólo están referidos a las consecuencias ambientales, sino que abarcan la totalidad de nuestra vida comunitaria, afectando el trabajo, la salud, las culturas, las economías regionales y la buena relación entre los seres humanos y entre los seres humanos y la naturaleza. El agua, la tierra, el aire y nuestro hábitat en general se encuentran peligrosamente amenazados y violentados por este modelo extractivista que sólo genera pobreza, desigualdad, enfermedades, saqueo y contaminación.
El sistema capitalista enfrenta grandes crisis económicas, crisis de los bloques hegemónicos, crisis generada por una guerra, todas crisis que el poder económico y el poder político deben resolver, sometiéndonos a sus dictámenes. Y todo ¿para qué? Para seguir generando rentabilidad para unos pocos, ¿a costa de qué? De continuar con un sistema que genera explotación de nuestros cuerpos y destrucción de la naturaleza. Un sistema que cada vez genera nuevas enfermedades, pandemias, encierros, desertificación, incendios, escasez de agua e insuficientes alimentos saludables (o sea, sin tóxicos).
Por eso confiamos en que, con la organización desde abajo, como pueblos y comunidades, podremos construir una forma de organización que reivindique la autodeterminación en los territorios y que asegure una auténtica justicia socioambiental para un futuro promisorio que como pueblos nos merecemos. Por esto, hacemos un llamado al cambio social estructural, en el que los principios de soberanía y autonomía alimentaria, energética, cultural y territorial y la plurihabitabilidad de los territorios, sean los ejes que sustenten nuestros buenos vivires.
Desde la Unión de Asambleas de Comunidades (UAC) defendemos así la vida contra el saqueo y la contaminación organizándonos en asambleas como otra forma de hacer política, en búsqueda de una democracia directa y de la autodeterminación de nuestros pueblos, que son en definitiva quienes deben decidir sobre los territorios que habitan.